La respuesta a los interrogantes de quiénes somos y quiénes debemos lograr ser

20071030

Ulises Weinner, una vida (Tercera parte)

Del primer encuentro con Porro se tejen versiones disímiles. La más firme da cuenta que cierta madrugada, mientras Ulises sacaba la basura del Bar donde trabajaba (pudo haber sido en Primo Humberto), encontró a un hombre tirado en la vereda. Se dice que había sido muy mal tratado por una pandilla, estaba semi incosciente, borracho, aturdido y quizás drogado. Ulises lo llevó a su pieza y lo cuidó hasta que se repuso. Cuenta Porro que recuerda esos días entre nebulosas de miedo, nauseas y confusiones y que nunca pudo entender por qué Weinner lo había protegido tanto.
Rápidamente concordaron ideas. Por ese entonces el mayo francés había hecho su explosión y les daba a los jóvenes del mundo un lugar desde donde manifestarse. Porro tenía sus propias ideas más cercanas al hippismo y al interactuar con un Weinner, más centrado y culto, se produjo una combinación, una fuerza energética, que aún no detuvo su empuje.
En esa etapa de juventud explosiva y contagiante, Weinner y Porro estuvieron asociados a todos los movimientos revolucionarios de la época hasta que se juntaron con otros jóvenes despojados y nihilistas y se trasladaron al sur, al Bolsón, donde comenzaba el embrión de la comunidad hippie más grande del hemisferio sur.

Si bien son numerosos los artistas que se jactan de haber participado de ese grandioso movimiento sociocultural, son pocos los que pueden aportar pruebas de ello. Weinner no escapa a esa regla, no obstante, por esos años se fabula un romance de Ulises con la bellísima actriz alemana Elke Sommer y que a raíz de un desplante de ella y cuando las peleas internas por disputas entre los líderes de la comunidad se hizo insoportable, Weinner decidió aislarse y dedicarse a la contemplación y luego a la trascendencia.


En las fotos: Unión hippie en el bolsón (la flecha indica la posición del joven Ulises) y Elke Sommer (foto tomada por Weinner en una protesta contra la instalación de una central nuclear cerca de Bariloche)


(en la próxima entrega: Weinner viaja al Himalaya y logra dar forma a su pensamiento cósmico)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Apasionante vida maestro, lo sigo siempre, con mi familia, hasta los chicos leen sus obras tan positivas, colmnadas de sabiduría. No detenga su andar que adonde el monte se cierra y la luna no entra el pueblo lo amompaña.
Fuerza.
Adela de Moreno

Anónimo dijo...

Que belleza, usted doc, la pasaba barbaro, con esa nena y el amigo Porro, con esos locos lindos. Yo en esa epoca tenia un Torino blanco y con unos amigos lo pintamos todo con flores. que fumancia!!!
No se enoje, pero ahora se lo ve tan durito a usted o le sigue dando a la verdura??? aajajaj
Sabú.

Anónimo dijo...

A veces entro y leo, pero nunca posteo nada... ¿es verdad esto o es una joda?

Anónimo dijo...

A que buenos momentos porque mire si sera picaro qeu andaba con la Sommer je je

su foto esta muy difusa no creo que sea usted mi esposa dice que ud es muy buen mozo y el de la foto parece un mostruo.

saludos muy grandes desde bahia blanca

Anónimo dijo...

perdon, quise decir moustro

roberto