La respuesta a los interrogantes de quiénes somos y quiénes debemos lograr ser

20090419

El dengue como arma social

El mundo está poblado de espíritus y fuerzas naturales, algunas de ellas ocultas. Un mundo en donde lo sobrenatural y lo real forman al hombre como un instrumento de los Dioses. Así se sabe y a ello se debe. El hombre es responsable de sus actos y, luego, carga con sus penas.
Sin conocimiento de la maldad más enfermante, que es la base social a la que pertenece por sus penas y angustias, un hombre encarga una “curación negra” para combatir a los enemigos que le amargan la vida. El objetivo del ritual negro está enfocado en limpiar su alma y también su cuerpo de impurezas. La brujería la ejercen los famosos yerbateros andinos, descendientes de los legendarios médicos del Inca.
El hombre agobiado requiere, entonces, la intervención de un brujo. La participación del brujo andino hace que el hombre común conozca y sienta las fuerzas ocultas que lo rodean y permite que tejan sobre él una red de la cual no se puede escapar. Luego, un accidente hace que la cosa se propague y se vuelva incontrolable: un mosquito pica al maldito y se infecta y transmite la maldición.
El mosquito es sólo el mensajero.

Tu cuerpo y tu mente pueden estar poseídos por el mal.
Consulta sin cargo.

20090403

Falso chamán



Una fuente de barro trae a una pasta de maiz pisado con verduras de la zona. El jefe de los comensales se equivoca cuando lee y pide humita en chala para todos los muchachos. Creía que iban a convidarles una hoja de la zona que permite, entre otros beneficios, soliviantar los problemas de la altura.


La concentración en el hotel es un mar de confusiones. Esa no fue la primera. A poco de llegar, se coló un presunto chamán y prometió goles y cerrar el arco. A cambio de sus pases mágicos pidió una camiseta del 10 autografiada por todos.


El brujo cargó las piernas de los delanteros, en vez de pólvora para los cañonazos, puso piedras adentro de las medias. A los mediocampistas y defensores les ató las piernas con un elástico invisible. El arquero cargó todo el partido con un caparazón de tortuga de 120 kg. Los que no firmaron no fueron afectados.


El hechizo fue fatal. El chamán guardó su sonrisa de Evo y festejó a la noche abrazado a su consigna: Aquí vivimos, aquí jugamos.


En el derrotado buscan explicaciones de los culpables. No ponen excusas. Se van yendo a bordo de un yate imaginario que los lleva para otros mares: la bandera ondea, D1os fuma tranquilo. Sabe que va a clasificar.