La respuesta a los interrogantes de quiénes somos y quiénes debemos lograr ser

20071009

Ulises Weinner, una vida (Segunda parte)

(ver primera parte)
Posteriormente, en la adolescencia, le llegó la hora de la rebeldía. Leyó a Marx, la Biblia, también a Baudelaire, Froid, Arlt, Borges, Kant… y se convirtió en un obsesivo estudiante de las letras y del pensamiento universal. Leía de noche, a escondidas y una cosa lo llevaba a la otra. Conseguía libros prestados o frecuentaba bibliotecas públicas. Sin proponérselo comenzaba a gestarse el germen del pragnanismo.
Las nuevas ideas de Ulises contrastaban fervientemente con el oscuro pasado pseudonazi de su padre. El enfrentamiento no podía demorarse demasiado. En la madrugada del 7 de febrero de 1967, un decidido Ulises de casi 20 años, huyó de su casa persuadido de que la fabricación de latas para tamberos no era para nada el futuro que deseaba para sí. Se traslado a la cercana Ciudad de Buenos Aires, “el monstruo que atrapa a todos los jóvenes que creen que pueden malgastar su vida”, a decir de su padre. Nada más atractivo que contradecirlo.
No tenía más que unos pocos pesos ahorrados que le sirvieron para solventar por unos días una habitación en un hotel de Constitución. Fueron años difíciles, según lo relata el mismo Ulises en su “Crónica de un hombre solo” (una controvertida ópera-rock estrenada en Bariloche el verano del 70’, pero eso fue más adelante).
Durante el 67 y parte del 68, Ulises frecuentaba los bares de San Telmo y la zona sur de la capital, ofreciéndose como lavacopas. Pero el destino le tenía preparado un encuentro que iba a ser, en definitiva, el salto que necesitan los grandes para transformarse en lo que son: conoció a Antonio Porro.
(en la próxima entrega: los años del hippismo, los amores de juventud y el vuelco a la vida contemplativa)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Dr. usted inspira a los jovenes al permitirnos saber parte de su vida. Los jovenes de hoy tan confundidos por la falta de horizontes por el baile del caño, el gran hermano y todo esa porqueria de la tv. Usted es un ejemplo de vida como Favaloro, el gran Bonavena y otros proceres modernos, afectuosamente, Elida de Parque Patricios

Anónimo dijo...

La verdad que hay que estar al pedo para ponerse a hacer esto.

Anónimo dijo...

En la semipenumbra, recostado contra la pared del fondo, enciende un cigarrillo... como quien dice: a esta película ya la vi... No es una de Etore Scola, con Marcelo Mastroiani?
Saludos, miles
Juancho de Pergamino

Anónimo dijo...

UN ejemplo de vida dedicada a la pensamiento en función de las personas. No tengo parabras para agradecer tanto generosidas de su parte. Me interesa mucho su vida porque yo le digo a mis hijos como tiene que ser y mucha bolilla no me dan.
Rosita Peñalba